Decreto de erección de la FSSPX

+ OBISPADO DE LAUSANA GINEBRA Y FRIBURGO +

Dados los alientos expresados por el Concilio Vaticano II, en el decreto "Optatam totius", respecto a los Seminarios internacionales y a la repartición del clero; dada la necesidad urgente de la formación de sacerdotes celosos y generosos, en conformidad con las directivas del decreto arriba citado; observando que los Estatutos de la Fraternidad Sacerdotal corresponden bien a estos objetivos:

Nos, François Charriere, Obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo, después de invocar el Santo nombre de Dios, y observando todas las prescripciones canónicas, decretamos lo que sigue:

  1. Queda erigida en nuestra diócesis, a título de "Pia Unio", la Fraternidad Sacerdotal Internacional San Pío X.
  2. La sede de la Fraternidad queda fijada en la Casa San Pío X, calle Vignettaz no 50, en nuestra ciudad episcopal de Friburgo.
  3. Aprobamos y confirmamos los Estatutos adjuntos de la Fraternidad por un período de seis años "ad experimentum", período que podrá seguirse de otro semejante por tácita reconducción; después de lo cual la Fraternidad podrá ser erigida definitivamente en nuestra diócesis o por la Congregación Romana competente.

Nos imploramos las Bendiciones divinas sobre esta Fraternidad Sacerdotal, a fin de que alcance su objetivo principal, que es la formación de santos Sacerdotes.

Dado en Friburgo, en nuestro Obispado, el 1 de noviembre de 1970, fiesta de Todos los Santos.

+ François Charriere

Obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo


Palabras de Monseñor Marcel Lefebvre

La razón de ser de la Fraternidad es formar sacerdotes según el espíritu de la Iglesia:                                                                                                                                    

La Fraternidad, pues, fue fundada ante todo para formar sacerdotes, y por consiguiente, para abrir seminarios. Lo cual es perfectamente conforme con la Tradición de la Iglesia: continuar simplemente la formación sacerdotal tradicional para la Iglesia.

No buscamos nada más, ni hemos querido jamás innovar, sino en el sentido de la Tradición, y volviendo a encontrar ciertos que faltaban tal vez un poco en la formación de los seminaristas, especialmente en el plano espiritual. Por eso hemos añadido a los estudios filosóficos y teológicos un año de espiritualidad. Esta completa bien la preparación de los seminaristas al Sacerdocio, colocándolos en una atmósfera verdaderamente espiritual. No se trata, pues, de una innovación que vaya en el sentido de los modernistas, sino bien al contrario, en el sentido de la Tradición de la Iglesia.

Nuestra fundación, por lo tanto, ha tenido el cuidado de añadir a los estudios una formación espiritual seria mediante un año suplementario que constituye una especie de noviciado y que conduce al gran conocimiento de lo que es la espiritualidad, y a la práctica de la vida interior, de la vida purgativa e iluminativa, mística que reclama una reforma de sí mismo.

La Fraternidad no ha sido fundada sobre el modelo de una congregación religiosa. ¿Por qué? Porque en la práctica es muy frecuente observar las dificultades experimentadas por los religiosos que ejercen un apostolado en el mundo, de respetar realmente la estricta pobreza tal como se reclama en las Congregaciones religiosas, en las que no se puede hacer, usar o decidir nada sin el permiso del Superior. Todo depende del Superior. Por eso, esa preferible no verse ligado por un voto que correría el riesgo de verse quebrantado continuamente. Más valía fundar una sociedad de vida común sin votos, pero con promesas.

Así es como la Providencia decidió que nuestra Fraternidad se organice según el modelo de las sociedades de vida común sin votos, y ya ha dado sus pruebas. Por eso, no hay razón de no seguir como hasta ahora."

Monseñor Marcel Lefebvre